Esta película nos demuestra que ante tanta maldad, tanta barbarie vivida en Berlín Oriental, durante los últimos años del régimen comunista, un oficial de la Policía Secreta antepuso sus principios para ayudar a un dramaturgo y sus amigos que luchaban contra la opresión.
Lo bello de la película es que éste agente de la Policía Secreta tubo en sus manos la posibilidad de encarcelar a estas personas que conspiraban contra el régimen imperante en la Alemania Comunista. Su parte humana fue superior en él, poniendo en riesgo su vida y seguridad al no delatar al dramaturgo y sus amigos, quién al final al saber que había sido ayudado por este agente, le dedica su libro en un gesto de agradecimiento.
Esta acción me hace reflexionar sobre los juicios que hacemos de las personas, muchas veces a la ligera, cuando las calificamos y las etiquetamos a todas por igual. Además queda demostrado que el bien está presente en todo y que el poder de la luz es mayor que la oscuridad.
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