Pero qué pensarían ustedes si les digo que ese espíritu que esperamos que llegue con tanta emoción está más cerca de lo que pensamos, que está dentro de nosotros, en lo más profundo de nuestro corazón y que solo debemos encontrarlo para luego llevarlo fuera, donde todos nuestros hermanos puedan sentirlo.
Cada uno de los seres humanos tiene en su interno una chispa divina y es precisamente esa chispa la que se enciende cuando logramos encontrar ese espíritu en nuestro corazón, el Espíritu de la Navidad.
Si nos proponemos podemos ser esos seres mágicos que llevan paz, amor, alegría y prosperidad a todo el Planeta Tierra, ¿como podemos hacerlo? enviando pensamientos bellos a la atmósfera de la tierra, deseando lo mejor para nuestros hermanos, no solo en nuestro país, sino a nivel mundial, tendiéndole la mano al necesitado y llevando alegría a los que están tristes.
En estos momentos de cambios que vive el Planeta Tierra nuestra misión es llevar amor a todo ser vivo: humanos, animales, plantas y elementales (agua, aire, fuego y tierra). Nuestros pensamientos ayudarán a la tierra en su etapa de ascensión.
Los invito a que busquen en su interno ese Espíritu de la Navidad y lleven dones de paz, amor, alegría y prosperidad a todo el Planeta Tierra, sean bondadosos y dadivosos con su provisión para que se les multiplique.
Hagan un viaje imaginario por toda la tierra, recorran los cinco continentes, vean ciudades, aldeas, centros poblados y lleven en pensamiento dones divinos a todos los seres humanos, deseándoles una ¡Feliz Navidad!
No hay comentarios:
Publicar un comentario